“No nos nombran, por lo tanto no existimos”, afirma el alcalde de un pueblo de la cornisa de la Costa del Sol. La denuncia se produce en las jornadas celebradas en Ojén sobre el monte mediterráneo, después del incendio que azotó a seis municipios de Málaga, a finales de agosto pasado.

Para los pueblos serranos el olvido no es algo nuevo, sino la constatación de lo que consideran la negación de su existencia. Lamentan que hasta en esos días del incendio, medios de comunicación y representantes de instituciones hablaban de Marbella, afectada en parte por el fuego, Costa del Sol o Málaga, de forma más genérica, para situar el lugar del siniestro.

Un portavoz turístico resaltaba entonces que el fuego se estaba produciendo en el interior para marcar distancia de la tragedia con la Costa. La oferta hotelera del litoral seguía funcionando con total normalidad y los clientes disfrutando de su estancia sin problemas, aseguraba, para la tranquilidad del gremio y del visitante. Una visión tan verdadera como parcial, al ignorar que se estaba calcinando el frágil y preciado telón natural de este escenario llamadoCosta del Sol. La amenaza de destrucciónde Sierra de las Nieves, Reserva de la Biosfera de la Unesco, era real y afectaba sin duda al paisaje del litoral y a su principal fuente de riqueza: el turismo.

Una existencia que continuaremos negando hasta que las instituciones, empresas y vecinos de los municipios del litoral no asumamos que la sierra que nos rodea es el paisaje y parte primordial del atractivo de la Costa alconformar un único territorio. No podemos seguir sin reconocer que esos pueblos, con la mayor parte de su suelo protegido, nos aportan dos elementos esenciales como el agua y el oxigeno, tan vitales para nuestra existencia y como para la industria turística.

“Quien me niega, me mata”, advirtió Albert Camus. El psicoanalista Ricardo Acevedo aborda como una verdad incuestionable que lo que no se nombra no existe. La negación interesada, afirma, tiene siempre como trasfondo una intencionalidad política, para recordar a los municipios de la segunda línea geográfica de la Costa del Sol que “sólo gana el que insiste”.